

Los perfumistas Dominique Ropion y Laurent Bruyère imaginaron un elixir misterioso y sensual en torno a tres tonos perfumados. Una faceta ámbar, reflectante de un abundante ámbar blanco transparente y una faceta leñosa donde brilla el cachemir, una madera de marcado carácter, fascinante y densa. Y para concluir, una faceta floral dominada por el calor solar del jazmín Sambac de la India.
Los perfumistas Dominique Ropion y Laurent Bruyère imaginaron un elixir misterioso y sensual en torno a tres tonos perfumados. Una faceta ámbar, reflectante de un abundante ámbar blanco transparente y una faceta leñosa donde brilla el cachemir, una madera de marcado carácter, fascinante y densa. Y para concluir, una faceta floral dominada por el calor solar del jazmín Sambac de la India.